Los representantes de instituciones especializadas en temas agrícolas, organizaciones de agricultores, así como la Asociación Médica del Perú y la Asociación Peruana de Gastronomía (Apega) expresaron su malestar por la cerrada defensa que realiza el gobierno de Alan García a favor del libre ingreso de semillas transgénicas, ya que pone en peligro la biodiversidad de los cultivos peruanos, la capacidad productiva de los campesinos y el daño a la salud de las personas, animales y medio ambiente.
A raíz del Decreto Supremo Nº 003-2011-AG, publicado el 15 de abril del 2011 que permite el libre ingreso sin ningún tipo de restricción de semillas transgénicas, estos organismos solicitaron al Ejecutivo un plazo moratorio con el fin de permitir una investigación, un mayor análisis y control a estos productos modificados en laboratorios.
En este sentido, plantearon el fortalecimiento del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) a modo de que ejecute una supervisión cabal de dichas semillas.
Así lo explicó a diario16, la investigadora del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), Iris Camacho, quien denunció, además, que el Estado invierte muy poco en la labor de control de estos productos.
“Los grandes perjudicados serán los pequeños agricultores que, a diferencia de otros países, cuentan con pequeñas hectáreas de cultivo. Se debe considerar que las semillas transgénicas requieren de amplias extensiones de terrenos”, sostuvo.
En este mismo sentido se manifestó el director de Conveagro, Reynaldo Trinidad, quien dijo que debido a su extraordinaria diversidad natural y cultural, el Perú es un país peculiar o ‘sui géneris’ en el mundo; por cuya razón no es racional aplicarle modelos, diagnósticos y recetas diseñados para el común de los países.
Dijo que el Ministerio de Agricultura y el INIA buscan ignorar las diversas aplicaciones de la biotecnología, que es un instrumento que puede ayudar a preservar, multiplicar y aprovechar la biodiversidad para sobredimensionar únicamente las supuestas bondades de los productos transgénicos. También advirtió que todo producto transgénico, por ser modificado artificialmente con el gen de otra especie “es altamente contaminante para el medio ambiente y los seres humanos”.
La representante de la Asociación Médica del Perú, Flora Luna, llamó la atención de lo peligroso que significa para el organismo humano y animal la presencia de semillas transgénicas que, por contener varias bacterias y plagas resistentes, tienen que ser atacadas con fuertes herbicidas que se mantienen en la planta hasta su consumo y pueden causar cáncer, abortos o malformaciones en recién nacidos.
Recordó que en el año 2007 la experta Antonieta Gutiérrez ya había detectado el uso de semillas transgénicas en Barranca, Piura y Lambayeque, y acotó que el Gobierno desoye el Tratado de Cartagena sobre el uso de transgénicos. Y agregó que tampoco se cumple con advertir en las etiquetas de los productos si son o no transgénicos.
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